Como bienvenida a mi blog, he elegido esta receta que preparé para el
plato de final del Curso Profesional de Cocina que hice unos meses atrás. He
querido empezar con ella porque, aunque tiene cierta complicación, es una buena
muestra de cómo entiendo la combinación de sabores. ¡Espero que os guste!
INGREDIENTES:
- 180 g de bacalao desalado
- 120 g de gambitas crudas peladas
- 2 naranjas de mesa
- 1 pomelo
- 2 limas
- ½ limón
- 1 tomate corazón de buey
- Cilantro fresco
- Cebollino fresco
- Menta fresca
- Albahaca fresca
- 1 cebolla blanca dulce
- 1 cebolla de Figueres
- 2 pepinos
- Jengibre fresco
- Obleas de arroz (SPRING ROLL WRAPPERS Blue Dragon)
- 2 gotas de agua de azahar
- Aceite de oliva
- Sal y pimienta
ELABORACIÓN:
Para elaborar esta receta he
elegido lomo de bacalao desalado. Lo primero que hay que hacer es quitar con
cuidado la piel del lomo del bacalao, lo picamos y lo reservamos en un bol con las gambitas, al que le vamos a añadir el macerado o marinado.
Zumo del marinado:
- ½ pomelo exprimido
- 1 naranja exprimida
- 1 lima exprimida
- ½ limón
- 1 chorrito de aceite de oliva
A este zumo le añadimos el resto de ingredientes:
- 1 cucharada de cilantro picado
- 1 cucharada de menta picada
- 1 cucharada de cebollino picado
- 1 cucharada de albahaca fresca picada
- ½ cebolla blanca
- ½ cebolla de Figueres
- 2 gotas de agua de azahar (opcional)
- Ralladura de jengibre (opcional)
- Sal y pimienta.
Es mejor picar todos los ingredientes a cuchillo. Cuando lo tenemos todo listo, lo
añadimos al bol donde hemos reservado las gambitas y el bacalao. Lo dejamos
macerando en la nevera, tapado con papel film, hasta que terminemos de elaborar
el siguiente paso. Yo lo suelo dejar máximo 1/4 de hora para que el pescado tome el
sabor del marinado, pero que no se cueza demasiado porque pierde la textura
fresca. Mientras nuestro pescado está macerando, vamos a proceder a la
elaboración de los rollitos.
He utilizado una herramienta
especial para laminar queso, pero podéis usar la mandolina o una cortadora de
fiambre. Laminamos los pepinos finamente después de lavarlos, hasta que veamos
que se rompen porque aparece la zona de las pepitas. Le damos la vuelta al
pepino y seguimos con la misma operación. Hacemos lo mismo con el siguiente
pepino y reservamos.
A continuación hidratamos una por
una las obleas de arroz. Para ello, las sumergimos una a una en agua durante
unos segundos. Si esperamos demasiado tiempo, se convierte en “chicle” y son
muy difíciles de enrollar.
Aceitamos un poco una superficie
lisa bien limpia donde trabajaremos los rollitos. Este aceite nos ayudará a
enrollar más fácilmente. Una vez sumergida la oblea unos segundos, la
escurrimos cogiéndola con cuidado de un extremo con los dedos y la dejamos caer
en la superficie engrasada. A continuación vamos superponiendo las tiras de
pepino, unas cuatro por oblea. Escurrimos y reservamos los líquidos del
macerado y rellenamos los rollitos con la farsa obtenida a la de la maceración,
a la que le habremos añadido en el último momento, los gajos de una naranja sin
la parte blanca y un tomate sin pepitas -todo cortado a dados-. He elegido
este tipo de tomate (corazón de buey)
porque es muy carnoso y suave y apenas tiene pepitas ni jugo. Enrollamos con
cuidado y los colocamos en una fuente de servir, en la que
previamente habremos vertido en el fondo un poco del jugo de la maceración.
Repetimos la operación hasta obtener 8 unidades, 2 por comensal. Los bañamos con una
vinagreta elaborada con los jugos, ½ lima, aceite de oliva y unas cuantas hierbas más picadas.
Decorar con el resto del pomelo.
Os quedará un plato muy original
y vistoso a la vez que refrescante para esta época del año. ¡Esta es una receta realmente muy
saludable y baja en grasas, ideal también
para los que estáis a dieta!
ADEMÁS:
Como yo soy de las personas que
opinan que la comida no debe tirarse, he aprovechado lo que me ha sobrado de
los ingredientes para elaborar un refrescante gazpacho: Con los restos
de los pepinos, las medias cebollas, un poco de lima, un trocito de
pomelo. He añadido un tomate, un ajo, aceite de oliva, sal, agua (poca) un chorrito
de vinagre, un chorrito de tabasco (a gustos) y todo triturado en la batidora.
La textura es mejor con la Thermomix o con algún robot de cocina del estilo,
pero también lo podéis hacer perfectamente con el típico “túrmix” de toda la
vida.
¡Qué lo disfrutéis!